22.1.15

Barcelona huele a mierda


Ciutat Morta (Ciudad Muerta) es un escalofriante documental que, dirigido al alimón por Xavier Artigas y Xapo Ortega, destapa un caso de corrupción policial, judicial, política y urbanística en la Barcelona del año 2006 que los medios de comunicación y partidos políticos silenciaron parcialmente en su época. Tras desfilar por festivales cinematográficos de media España y conseguir la Biznaga de Plata al Mejor Documental en el último Festival de Málaga, fue ninguneado descaradamente en Catalunya, pudiéndose ver tan sólo en pases muy concretos organizados por ciertos grupos políticos, casales y centros culturales. Tras varias presiones encabezadas por la CUP (Candidatura d'Unitat Popular), el pasado sábado 17 de enero y en horario prime time, el Canal 33 de la Televisió de Catalunya emitió la polémica cinta, aunque con cinco minutos censurados por orden expresa de un Juzgado de Barcelona.

Ciutat Morta es periodismo de investigación de alto nivel. En ella se narra una rocambolesca y kafkiana historia que se inicia la noche del 4 de febrero de 2006, cuando la guardia urbana intenta desalojar un teatro ocupado de la calle Sant Pere Més Baix y que termina con un agente de policía en estado vegetativo debido al lanzamiento de una maceta desde lo alto del edificio y con la detención de tres jóvenes (de los que ellos denominan de “estética okupa”) que se manifestaban en la calle. Tras ser trasladados por el cuerpo policial al Hospital del Mar para ser examinados de las diversas heridas infringidas durante la contienda y en la comisaría de la guardia urbana, en el mismo centro hospitalario detuvieron a un par más de jóvenes, de estética igualmente “okupa”, que esperaban ser atendidos en urgencias debido a un accidente ciclista sufrido en otro punto de la ciudad: se trataba de Patricia Heras y de un compañero de ésta; una chica que nunca había pisado el teatro de Sant Pere Més Baix y que, al igual que su amigo, fueron detenidos arbitrariamente por su forma de vestir y acusados posteriormente de la agresión policial.


A partir de aquí se inicia un surrealista proceso en donde todo tuvo cabida: torturas en las dependencias de la guardia urbana y de los mossos d’esquadra, jueces capaces de prejuzgar por el aspecto de los detenidos, informes policiales falsificados (la maceta lanzada desde el edificio se convirtió por arte de birlibirloque en una piedra tirada desde la calle), injustas penas de prisión para unos chicos que poco o nada tuvieron que ver con el estado del policía en coma y, de propina, los tejemanejes de un Ayuntamiento que, en esa época encabezado por Joan Clos (posteriormente Ministro de Industria del gobierno Zapatero), velaba por los intereses del teatro “okupado”, del cual era propietario el Consistorio y con cuya problemática okupa (tolerada desde hacía mucho tiempo) intentaba ahuyentar a los vecinos del céntrico barrio con la intención de construir nuevas viviendas turísticas. Un montón de despropósitos que terminó con el injusto encarcelamiento de los detenidos y el suicidio de Patricia Heras, una muchacha que, sin comerlo ni beberlo y tan sólo por su indumentaria, cargó con la responsabilidad del policía malherido.


El documental de Artigas y Ortega nos descubre una Barcelona de mierda, a años Luz de esa Barcelona a todo color y de ensueño que nos intentan vender a toda costa. Una ciudad oscura, muerta, como muy bien reza su título; una Barcelona en donde la podredumbre policial, política, judicial e incluso de los medios de comunicación que, con su silencio, ayudaron a  mantener oculto, durante nueve largos años, el sufrimiento de un grupo de jóvenes estigmatizados y maltratados por un delito que nunca cometieron. Alguien debería asumir y pagar por las torturas cometidas, por la muerte de Patricia y por los años de prisión que cumplieron indebidamente.


Al menos, tras esa emisión (censurada, no lo olvidemos) a la que se vio forzada la Televisió de Catalunya el otro día, el caso ha saltado, por fin, a la palestra de todos los medios de comunicación catalanes. Tarde, pero al menos, el esfuerzo de estos dos directores por retratar tanta impunidad y falsedad, ha servido para que los barceloneses tomemos conciencia de estar habitando una ciudad con cierto tufillo a estado policial.


Un consejo: píllen Ciutat Morta en donde puedan y denle una oportunidad. En la Red esa que tanto molesta  a los de arriba se encuentra, en su versión íntegra y subtitulada en castellano. Alucinarán pepinillos.

Yo, de entrada y por si las moscas, me cago en Clos y en todos sus sucesores.

3 comentarios:

caligula dijo...

Algo leí hace unos días sobre lo que cuenta (más bien sobre el tema de la parte censurada) y la tengo prevista ver enterita por internet. Comentaban en la noticia que hace ya unos años la echaron en TV3 y no se le hizo mucho caso pero que con el tema de censurar una parte en el último pase lo que han logrado es aquello de darle más publicidad y que más gente lo vea íntegro (lo que viene siendo salirles el tiro por la culata). Curiosamente, a el hecho de lograr que algo tenga más publicidad que la deseada al intentar taparlo lo llaman El Efecto Streisand, por lo visto por la Barbra Streisand.

Así que, lo que iba a ver por curiosidad por las noticias, ya veo que encima está hasta bien hecho como documental.

Spaulding dijo...

Es una película espléndida. Vale la pena verla.

Eso de que la pasaron en TV3 hace tiempo, no es cierto. Es más, la película es del 2014 e incluso se les había ofrecido emitirla de forma gratuita, cosa a la que también se negaron.

El pase de la otra noche tuvo un récord histórico de audiencia para el Canal 33.

caligula dijo...

Pues entonces o me he liado yo leyendo la notician sobre que ya la habían emitido antes o se ha liado el periodista.