12.11.14

El émulo de Leonard Cohen


De Dinamarca y dirigida por una mujer, Pernille Fischer Christensen, nos llega Alguien a Quien Amar, un bienintencionado melodrama familiar, en el que se mezclan las relaciones emotivas con las drogas y el alcohol, cuyo principal protagonismo recae en Thomas Jacob, un cantautor de fama internacional que, afincado en Los Ángeles desde hace siete años, regresa a su país natal para grabar un nuevo álbum y reencontrase con su hija y el hijo de ésta.


Los problemas de adicción a las drogas de la hija y el acercamiento forzoso del arisco abuelo (ex alcohólico y drogadicto) hacia su nieto, formarán parte de un guión sin muchas sorpresas en su haber que, pese a su cuidada puesta en escena y al meritorio trabajo de sus actores, hacen de este un correcto film que, sin embargo, deja en el espectador la amarga sensación de haber visto la misma historia en cantidad de títulos anteriores.

Lenta y previsible, sólo le faltaba la monotonía pasmosa y tediosa de los temas que interpreta a lo largo de su metraje el cantante protagonista (un considerable Mikael Persbrandt), una especie de Leonard Cohen reciclado en danés y aún más broncas que el original.


Una peliculita más, del montón (aunque con pretensiones), para ver y olvidar tan rápido como canta un gallo. Suerte que, por lo menos, no busca la lagrima fácil, cosa que siempre es de agradecer.

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