15.10.14

SITGES 2014: Jornada 4 (de cárceles virulentas, de extrañas lunas de miel y de héroes rurales por accidente)

Nada mejor para empezar el día que Starred Up, cine carcelario de lo más vitriólico. Dirigida por el británico David Mackenzie, nos narra la historia de un joven adolescente que, por su carácter violento, es trasladado de un centro de reeducación a una prisión de máxima seguridad, lugar en el que se reencontrará con su conflictivo padre, un hombre que lleva años en esa misma penitenciaría cumpliendo una larga condena. Virulenta y sin concesiones, de lenguaje duro y situaciones tensas, se trata de una despiadada crítica al sistema penitenciario inglés y, al mismo tiempo, de un melodrama paternofilial de altos vuelos. A destacar el trabajo interpretativo del joven Jack O’Connell y, ante todo, a la compleja creación de Ben Mendelshon metiéndose en la piel del cínico padre de la criatura. Sencillamente para helar la sangre al más pintado.


Con Honeymoon, el mal rollito está servido. Protagonizada por unos efectivos Rosa Leslie (la Ygritte de Juego de Tronos) y Harry Treadaway y dirigida y escrita por el debutante Leigh Janiak, se trata de una producción norteamericana marcada por el claro sello del cine indi: paisajes rurales, economía de actores (sólo 4 componen su casting) y sobriedad narrativa y descriptiva; los ingredientes necesarios (y casi únicos) para contar al espectador la degradación de una pareja de recién casados que, durante la celebración de su luna de miel en una casita familiar al lado de un lago canadiense, vivirán una experiencia tensa y sanguinolenta  en la que no faltarán elementos sacados de la sci más pura y dura (aunque en formato pastel de bodas). Puliéndola un pelín más y otorgándole más ritmo a ciertos pasajes un tanto adormecidos, podría tratarse de un excelente film que brilla, ante todo, por el buen hacer de su pareja protagónica y por la fuerza que adquiere su crescendo dramático en la última parte de su ajustado metraje. Habrá que seguirle la carrera al tal Janiak. Este tío promete.


Cerré la jornada con un thriller a tener en cuenta, una de las mejores propuestas de la edición de este año: Cold in July, cine negro y de contundente violencia que nos llegó de la mano de Jim Mickle, el mismo que el año pasado presentara en este mismo certamen la espléndida y antropófaga We Are What We Are. Héroes rurales, muertos anónimos, detectives granjeros y delincuentes de la tercera edad, se mezclan en una intriga bien trazada que, a pesar de su poca credibilidad, engancha al espectador gracias a su bien estructurado guión, lleno de giros insospechados, de personajes entrañables (geniales Sam Shepard y Don Johnson) y de un humor tan socarrón como inteligente. De saqueadores de casas con nocturnidad y alevosía, a polis corruptos, pasando por distribuidores y realizadores de snuff movies: un poco de todo al servicio de un film brillante y entretenido.


En la próxima entrega, la friolera de 8 títulos más.

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